Estreno: Todos los jueves a partir del 8 de abril hasta el 27 de mayo a las 20:00 horas.
Boletos en línea: www.teatrolacapilla.com
Alberto Cerz, actor y creador escénico mexicano que nos viene a platicar sobre “Hacia las luces del norte”, una adaptación a monólogo de la novela original y homónima de Ángel Valenzuela, publicada en España por Editorial Dos Bigotes, en 2018. En Adaptación, Dirección, y Actuación: Alberto Cerz, Asesor Escénico: Antón Araiza, Música original: Magdulia, Diseño de arte e iluminación: Alita Escobedo, Director de fotografía y edición: Miguel Villa, Asistente de cámara: Diego Garibay, Diseño gráfico y producción asociada: Ángel Valenzuela, Producción ejecutiva, Coordinación y RP: Salvador Domínguez y Asistente de producción: Alessandro Perera.
Platícame cómo fue el proceso de adaptación y ¿Qué es “Hacia las luces del norte”?
Es originalmente una novela de Ángel Valenzuela que se editó en España en 2018 y desde entonces, desde que yo conocí la novela, platique con Ángel para tratar de ver la posibilidad de poder adaptarla a monólogo en teatro, afortunadamente Ángel me dijo que si, le encanto la propuesta y desde hace aproximadamente 2 años estuvimos trabajando juntos la adaptación, yo le di un primer borrador y él me iba guiando un poco, íbamos haciendo como intercambio de ideas y pues lo que conlleva este proceso de adaptación, que tampoco fue nada sencillo, porque la misma novela aborda un “Road Trip” que hace Andrés (personaje principal) junto con Demetrio que es su mejor amigo.
Hacen un viaje por carretera con el objetivo de llegar a Alaska para ver la “Aurora Boreal” antes de que Demetrio se case y se entregue a la vida matrimonial y deje de ser un adolescente aventurero, pero no se esperan que en este viaje empiezan a descubrirse mutuamente y van a ir también atravesando no solo las fronteras físicas, territoriales sino también las fronteras emocionales, las fronteras de las ideas, de los prejuicios, de su propia amistad, de su propia relación que llevan; entonces, también un viaje de descubrimiento y de introspección, sobre todo por Andrés.
En la novela está escrito como en primera persona y Andrés es quien nos va narrando todo este viaje y todos estos momentos de reflexión que va teniendo en torno a distintos temas, no solo el de la homosexualidad y el de la amistad si no también un poco cuestionando la heterosexualidad, homosexualidad, los territorios, prejuicios, estereotipos, las ideas que cada uno se va construyendo para su persona y las ideas que la sociedad también nos va imponiendo, entonces eso fue como una ventaja a la hora de abordar la adaptación, el hecho que estuviera escrita de una manera muy similar, sin embargo el reto era volverlo acción porque no podía solo pararme en el escenario y narrar, si no tenía que habitar de otra forma y ese fue uno de los grandes retos, de cómo convierto esta novela en acción y hago que el personaje realmente viva y nos cuente a través de su cuerpo a través de sus palabras toda esta revolución por la que está atravesando.
¿Qué te inspiró a hacer esta adaptación?
Bueno, pues yo ya llevaba un par de años pensando y queriendo hacer un monólogo, todavía no tenía muy claro el tema, desde donde lo quería abordar, como lo iba a terminar resolviendo, pero, desde que llego la novela me atrapo la historia, sentí que tenía muchos puntos en lo que yo mismo me conectaba y que también al mismo tiempo trascendía estos temas, es una novela homoerótica y homosexual, pero aunque son ejes no se acorta a esas temáticas, trasciende y entonces se vuelve empática, primero con los lectores. Y el monólogo con la audiencia, trasciende las preferencias, el género, el lugar en el que habites; eso me gusto que al mismo tiempo sin ser abierta y sin ser como un laberinto, logra ser puntual, concreta en los temas que toca, se vuelve universal al mismo tiempo, entonces, eso de la novela me atrapo muchísimo y fue lo que también me inspiro a querer hacerlo monólogo.
¿Cuál es el tema principal de la obra?
Es el viaje de la identidad de cada persona, seas hombre o mujer, homosexual, bisexual o heterosexual, es un viaje de identidad sobre todo y es una historia de fronteras… la palabra frontera para mí, sobre todo en este último año empezó a cobrar otro sentido, porque la misma pandemia, el mismo confinamiento nos encerró en estas cuatro paredes de la casa que fue prácticamente una frontera, incluso el cuerpo se convirtió en una frontera, en una especie de reclusión para relacionarnos como estábamos acostumbrados a relacionarnos con el exterior.
Desde ahí, desde ese lugar creo que también le vino como muy a cuento estos temas, al año que empezamos a vivir, creo que es un viaje iniciático y un viaje que nos cuestiona sobre las ideas que tenemos en torno a nuestra identidad y de los prejuicios que a veces nosotros mismos nos los imponemos.
¿Cuáles fueron los retos más grandes al hacer esta obra?
De entrada yo me avente el trabajo porque yo quería trabajar un monólogo en estas condiciones, desde yo trabajar en la adaptación o trabajar en conjunto con la dramaturga o dramaturgo con quien me tocara trabajar, construir el concepto de dirección e interpretarlo, de entrada me quise aventar esa aventura, que ya de por sí conforme va pasando el tiempo vi la complejidad que es trabajar con esas capas, y poder ir despegando de esos lugares hasta llegar al “ok”.
Ya está todo el concepto de dirección, ahora cómo entro al personaje y cómo lo habito desde esos lugares… Esos fueron como los primeros retos, ahora con la virtualidad nos vino también a transformar la forma de hacer teatro y de ver teatro, fue de los retos que quise añadir, veía que la cámara se empezó a convertir en una herramienta, no solo la quería abordar así, si no como discurso, entonces esa fue otra aventura en la que nos envolvimos todo el equipo, usamos elementos como el plano secuencia en donde hay escenas muy largas en donde la cámara te está acompañando todo el tiempo sin cortes y requiere una coordinación muy detallada para que esos planos secuencias puedan lograrse en muy pocas tomas, entonces fue ir dialogando, combinando estas disciplinas y lenguajes para este resultado final que estamos a punto de estrenar, fue una aventura en general.
Cuéntanos, ¿Hubo personas que no te apoyaron en realizar este monólogo?
Tuve la enorme fortuna de que a cada una de las personas que les contaba del proyecto, de quienes invitaba me dijeran de entrada que si, o sea, me dijeron: «No sé para dónde vamos, no sé qué va a salir, pero yo me subo al barco y también participo en este proyecto«. Entonces realmente ninguna de las personas que estuvieron en mi mente desde el inicio y a las cuales fui invitando me dijeron que no, lo cual me hace sentir muy agradecido y también muy comprometido a que este trabajo se logre y tenga un nivel de calidad con el que todo el equipo se está comprometiendo a llevarlo a cabo.
¿Cómo ha sido tu experiencia en el teatro en línea?
«Es otra experiencia, se construye otra experiencia«, desde la propia interpretación hasta la experiencia como audiencia, nuestro objetivo es llevarlo de forma presencial con el público y empezar incluso giras, esa sería otra experiencia también, porque estamos pensando ya en la presencia, queremos que este proyecto viaje así como lo hacen Demetrio y Andrés.