La salud mental es un tema tan importante como la salud física, y ha tomado aún más relevancia después de la crisis sanitaria que vivimos a nivel mundial con la pandemia del coronavirus. Hemos aprendido lo importante que es cuidar de nuestra mente y nuestras emociones, pero quizá tenemos dudas sobre cómo empezar a cuidar nuestra salud mental o a quien acudir para logarlo.
Por: Victoria Medina
La salud mental, igual que la física, es estudiada y atendida por profesionales que han estudiado los problemas de la psique y la forma de tratarlos, por lo que están capacitados para brindarte herramientas y estrategias que te permitan afrontar tus conflictos, trabajar en ellos para resolverlos y lograr un equilibrio en todas las áreas de tu vida. Estos profesionales son los psicólogos y los psiquiatras, que aunque tienen diferente preparación y abordajes terapéuticos, el objetivo que persiguen ambos es ayudarte a tener una buena salud mental.
Alrededor del trabajo de los psicólogos existen muchos mitos y temores que dificultan la búsqueda de sus servicios. Estos mitos, a su vez, generan estigmas alrededor de los pacientes por lo que prefieren continuar su camino sin la asesoría de un profesional para evitar que los llamen “locos”, los minimicen, los consideren débiles o los rechacen por buscar la ayuda que necesitan. Estos mitos no son sino falta de información enmascarada que debe erradicarse, pues no hay nada más valiente e inteligente que reconocer que necesitas ayuda y saber solicitarla.
A los psicólogos no les va mejor con respecto a los mitos y estigmas de su profesión, pues se tiene la creencia que al estudiar psicología sabes lo que tiene una persona con sólo mirarlo, que andas por la vida analizando a la gente y deben cuidar cómo se comportan alrededor tuyo, o que va a querer controlarte para tomar decisiones por ti. Estos mitos, además de ser falsos todos, crean una desconfianza hacia los profesionales de la salud mental y dificultan su trabajo.
Es por esto que a continuación resolvemos algunas de las preguntas más frecuentes alrededor de la práctica psicológica, tratando así de disolver algunos de los estigmas para que te sientas más seguro al iniciar una terapia psicológica.
¿Por qué debería comenzar una terapia?
Ir a terapia es una forma de cuidar nuestra salud mental, por lo que debería ser algo tan común como ir al gimnasio para cuidar nuestro cuerpo, es decir, no es necesario esperar a tener un problema, trastorno o enfermedad para iniciar un proceso terapéutico.
Acudir al psicólogo nos puede ayudar a encontrar un punto de equilibrio, resolver algún problema, buscar opciones ante cierta situación, recibir orientación vocacional, aprender nuevas formas de relacionarnos, estrategias de aprendizaje, entre otras. En otras palabras, no debemos acudir al psicólogo solamente cuando estamos frente a una crisis, sino ante todas aquellas situaciones que nos desestabilicen.
En padecimientos más severos como ansiedad, depresión, duelo y trastornos también pueden ser de ayuda, e incluso trabajar en equipo con otros profesionales de la salud como los psiquiatras para dar un tratamiento integral.
¿Cuántos tipos de terapia hay?
Los principales tipos de terapia son la individual, la familiar, la grupal y la educativa. No hay una que sea más importante o efectiva que la otra, sino que abordan diferentes áreas de la vida y desde diferente perspectiva. Además también dependerá del tipo de corriente o formación que el psicólogo tenga para llevar cada una de estas terapias.

¿Cómo saber cuál es la mejor para mí?
Depende de lo que estés buscando, ya que eres tú quien mejor sabe lo que está padeciendo y la ayuda que espera recibir. Por ejemplo, ante alguna situación donde te sientes solo o que eres el único que atraviesa por eso y nadie te entiende, quizás una terapia de grupo sea la mejor opción para ti; en estas sesiones cada miembro comparte su experiencia para encontrar asesoría y acompañamiento al sentirse identificados con los miembros del grupo.
Por otro lado si consideras que es un problema que está afectando a toda tu familia, terapia familiar o familiar sistémica podría ser tu mejor opción. En estas sesiones se escucha a cada miembro de la familia para reestablecer la armonía entre ellos, así como desarrollar herramientas de comunicación y mejorar la convivencia como parte de la solución. Es decir, se trabaja en el sistema familiar para resolver el problema de raíz y la forma en que impacta a cada miembro de la familia.
Ten en cuenta que si comienzas un estilo de terapia y sientes que no es lo que necesitas no estás obligado a continuar con ella, debes hacérselo saber a tu psicólogo para que te oriente y pueda recomendarte opciones más adecuadas para que alcances tus objetivos.
¿Qué no debe hacer mi psicólogo por mí?
Para empezar un psicólogo no te va a juzgar, ese será tu espacio seguro donde podrás exteriorizar todo lo que necesitas afrontar, enfrentar y resolver; no importa lo que tengas que decir, el psicólogo te escuchará de manera objetiva y lleno de empatía, pero sin llegar a ser un amigo. Además que tendrás la seguridad de que nada de lo que digas será usado en tu contra ni saldrá de las cuatro paredes del consultorio (salvo en casos muy específicos que tu psicólogo te deberá mencionar).
El psicólogo tampoco va a tomar decisiones por ti, ni te dirá que hacer. Su trabajo no es darte consejos sino guiarte, principalmente mediante preguntas que te lleven a reflexionar, para que aclares tus ideas y puedas tomar tus propias decisiones de una manera consiente. Este proceso llevará su tiempo y es posible que sientas que te toma demasiado, pero el psicólogo no te tendrá en sesiones más tiempo del que requieras.
No hará diagnósticos impulsivos o basándose en su primera impresión sobre ti, al contrario, deberá realizar una serie de preguntas detalladas (conocida como historia clínica) que lo guiarán para diseñar el proceso que tú necesitas, así como saber las pruebas que sean necesarias para fundamentar el proceso diagnóstico y de intervención, que siempre será personalizado para cada paciente.
¿Qué debo esperar en mi primera sesión?
Durante la primera sesión será importante para tu psicólogo conocerte, saber que te llevó a buscar la terapia, en qué y cómo esperas que te ayude, por lo que deberá realizarte una serie de preguntas que tú deberás responder con total honestidad y de la forma más amplia posible.
Podría ser agotador o pensar que es demasiada información, pero es la única manera en la que podrás comenzar tu proceso así que no debes pensar que el psicólogo hace preguntas triviales o “porque le gusta el chisme” pues cada una tiene una razón de ser y es importante para que pueda desarrollar tu plan terapéutico.
¿Cuánto tiempo debo estar en terapia?
No se puede generalizar el tiempo que se requerirá para alcanzar los objetivos terapéuticos planteados junto con tu psicólogo, pero es importante que tengas presente que tampoco es un cambio que se dé de la noche a la mañana sino que requerirá tiempo y compromiso de tu parte.
De manera general podemos decir que las sesiones pueden tener una duración de entre 45 minutos y una hora, con una frecuencia de un día a la semana. Sin embargo, esto no es una regla y se establecerá un calendario según las características del paciente y la terapia. Respecto al número de sesiones que serán necesarias tampoco se puede dar un número específico, por ejemplo, en la Psicoterapia Breve se trabaja en 5 sesiones, mientras que en la Psicoterapia Psicoanalítica pueden tenerse hasta por años.
Sin embargo, es importante que si asistes a terapia no te des de alta tu solo, si sientes que has logrado resolver los conflictos que te llevaron a iniciar el proceso y alcanzado los objetivos, antes de dejar de asistir háblalo con tu psicólogo para que juntos definan el final de las sesiones y puedas concluir adecuadamente tu proceso.
¿Qué tan cara es la terapia psicológica?
Los honorarios del psicólogo dependerán principalmente del tipo de terapia que te estén ofreciendo, además se incluyen los costos de las pruebas que serán aplicadas, la preparación profesional y experiencia de tu psicólogo. Recuerda que el costo de la terapia es dinero que estás invirtiendo en ti, tu salud y bienestar, así que no lo veas como un gasto sino como abonos que estás haciendo a la cuenta de tu salud mental.
Si te encuentras en una situación difícil donde crees que no podrás cubrir el costo de las sesiones pero ya estás decidido a iniciar un proceso terapéutico, háblalo con tu psicólogo, podrían llegar a un acuerdo respecto a los pagos o puede referirte con un colega para que termines tu proceso con un costo mucho menor. Incluso muchas escuelas de psicología cuentan con consultorios donde las cuotas son muy bajas y accesibles para todos los bolsillos. Lo importante es que no dejes tu proceso a la mitad por que no puedes pagarlo, siempre se pueden encontrar soluciones para que cubras el costo de tu sesión.
Es importante que tengas presente que por el tipo de intervención no es recomendable que las sesiones sean gratis, pero hablando con tu psicólogo puedes generar un acuerdo con cuotas más bajas, planes de pago o trueques. No dejes que la falta de recursos sea una excusa para mejorar.
Hay muchas otras dudas que pueden surgir respecto a este tema, pero hay que destacar que acudir con un psicólogo es iniciar un camino de mejora constante y no un cambio de la noche a la mañana. No obstante, no siempre se obtiene esa sensación de mejoría. Cuando esto sucede no debes darte por vencido, háblalo y si no logras tus objetivos debes seguir la búsqueda con un nuevo psicólogo que si brinde esa confianza y mejora o quizá con otro estilo de terapia.